RESFRIADO Y ENFERMEDADES RESPIRATORIAS
Las enfermedades respiratorias son de las más frecuentes entre la gente mayor, sobre todo las infecciones, dado que pueden ser la causa del 25% de todas las consultas médicas.
Entre los trastornos más frecuentes podemos nombrar las infecciones, la EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica, que engloba la bronquitis crónica y el enfisema) y el asma.
Las infecciones respiratorias
Éstas pueden ser de las vías respiratorias altas (son las que afectan la parte superior del árbol respiratorio: nariz, garganta, faringe y laringe) y de las vías respiratorias bajas (son las que afectan la tráquea, los bronquios y los pulmones).
Uno de los aspectos más relevantes continúa siendo el de la prevención. En este sentido, hay que insistir en la vacunación antigripal de cada año para evitar complicaciones, y también en la vacuna antineumocócica en los casos que se indique.
- INFECCIONES DE LAS VÍAS RESPIRATORIAS ALTAS: rinitis aguda o resfriado común, sinusitis, faringitis o faringoamigdalitis.
Son las infecciones respiratorias más frecuentes. Las provocan mayoritariamente una gran variedad de virus, y las bacterias habitualmente suelen causar complicaciones secundarias.
1.1. RINITIS AGUDA. La puede desencadenar un conjunto de virus (rinovirus, virus influenza y parainfluenza, virus respiratorio sincitial...) y se transmite tanto por vía aérea como por contacto directo. Tiene un período de incubación de 2-3 días con unos síntomas que pueden incluir: picor nasal, estornudos, rinorrea acuosa (secreción nasal no purulenta) y, ocasionalmente, tos seca, dolor de cabeza y fiebrecilla siempre inferior a 38 ºC. Estos síntomas pueden durar entre 5-7 días, salvo si hay tos, que se puede prolongar por más tiempo. Las posibles complicaciones bacterianas pueden afectar los senos paranasales (provocando sinusitis, en la cual la rinorrea es mucopurulenta, hay obstrucción nasal, fiebre, molestias faciales, y en la cual es preciso una exploración física adecuada por parte del médico y probablemente una radiología dirigida), el oído medio (otitis) y los bronquios (bronquitis).
El tratamiento es sintomático, dirigido a los síntomas existentes, tanto con medidas caseras (gargarismos de tomillo) como con medidas locales y generales (lavados nasales con suero fisiológico, aumento de la ingesta de líquidos y reposo moderado), y con medidas farmacológicas (antiinflamatorios, antihistamínicos, antitusígenos, vasoconstrictores nasales –con un máximo de 5 días‒ y sin antibióticos, excepto en el caso que se presente una complicación bacteriana), cuando sea preciso.
Hay que diferenciarla adecuadamente de la gripe. Debemos pensar que una persona puede tener una gripe cuando estamos en época gripal, presenta fiebre de más de 38 ºC y, al menos, tres de los síntomas siguientes: escalofríos, nuevo dolor de cabeza o dolor ocular, dolores musculares, malestar general o falta de hambre, dolor en la garganta y nueva tos irritativa o aumentada.
1.2. FARINGITIS O FARINGOAMIGDALITIS. Los agentes causales más frecuentes vuelven a ser los virus, aunque también puede ser provocada por bacterias. Habitualmente causa dolor al tragar y enrojecimiento faríngeo, y su tratamiento se refiere a los síntomas que presenta, excepto en los casos producidos por bacterias y por el virus del herpes simple (en cuyo caso hay que administrar antibiótico durante unos 7-10 días).
- INFECCIONES DE VÍAS RESPIRATORIAS BAJAS: bronquitis aguda, infecciones en personas con EPOC y neumonía.
2.1. BRONQUITIS AGUDA. Suele presentarse con síntomas como tos, expectoración, dolor torácico y fiebrecilla. Suele precisar la administración de antitérmicos, antitusígenos y broncodilatadores, en caso de obstrucción bronquial. El uso rutinario de antibióticos en la bronquitis aguda no complicada no está indicado. Por lo tanto, el consejo del médico de familia en estos casos puede ser muy útil.
2.2. INFECCIONES EN EL PACIENTE CON EPOC. El dato que mejor indica que la descompensación está producida por una infección bacteriana es la coloración amarillo verdoso del esputo.
2.3. NEUMONÍA. Entre las personas mayores de 65 años ocupa el cuarto lugar entre los motivos principales de ingreso en el hospital. Los síntomas clásicos (fiebre alta de inicio repentino, dolor torácico al respirar y al toser, expectoración oscura y datos relevantes en la exploración física y radiológica) pueden estar ausentes. En ocasiones las alteraciones del nivel de alerta y del nivel de conciencia (cuadros confusionarios agudos), malestares inespecíficos e incluso deterioros del nivel de autonomía pueden ser los únicos síntomas presentes. Si nos encontramos frente a estas alteraciones hay que hacer una consulta médica para valorar la realización de una adecuada exploración física y, probablemente, también analítica y radiológica.
La enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC)
Se define como la presencia de una limitación crónica, progresiva y poco reversible al flujo del aire, a causa principalmente del humo del tabaco.
En España se calcula que un 9-10% de las personas mayores de 40 años la presentan, aunque muchos de ellos aún están sin diagnosticar.
El tratamiento de este trastorno pasa por el abandono del hábito tabáquico, hacer actividad física, una adecuada nutrición y la administración de las vacunas para reducir el riesgo de infecciones. Habitualmente requiere la administración de broncodilatadores inhalados como base de su tratamiento.
El asma bronquial
Entre un 5 y un 10% de la población adulta presenta asma, aunque entre la gente mayor puede que sea más frecuente puesto que los casos nuevos superan los casos que remiten.
El humo del tabaco sigue siendo un factor de riesgo para el desarrollo y la progresión del asma, incluso desde el mismo momento de inhalación pasiva en la infancia.
El abandono del hábito de fumar y el tratamiento con corticoides inhalados debería ser la base de su tratamiento.