Català Castellano

Josep M. Borràs


 


A menudo se olvida que la mitad de los cánceres aparecen a partir de los 65 años, y cerca del 30% en personas mayores de 75 años. Los tumores más relevantes en estos grupos de edad son el cáncer de próstata −los pacientes diagnosticados de este tumor tienen una edad media de diagnóstico de 72 años− y el cáncer de colon y recto, con una edad media de diagnóstico de 70 años. En cambio, tumores como el cáncer de pulmón o de mama se distribuyen de manera más equilibrada entre los pacientes de más edad y los menores de 65 años (con una edad media de 64 años en el momento del diagnóstico). Por lo tanto, no es cierto que el cáncer sea una enfermedad que afecte mayoritariamente a personas menores de 65 años, y este dato nos obliga a preguntarnos qué podemos hacer para prevenir el cáncer en personas de más de 65 años o entre las que superan los 75 años.


 Probablemente, primero vale la pena responder una pregunta previa: ¿podemos hacer algo para prevenir el cáncer en estas edades? Y la respuesta que debemos dar es que sí, que siempre y en cualquier edad las probabilidades de desarrollar un cáncer se reducen si seguimos una serie de sencillos consejos en nuestra vida cotidiana. Además, como fácilmente se puede deducir, muchos de estos consejos se pueden aplicar a otras enfermedades crónicas, como las enfermedades respiratorias o las cardiovasculares.


 Dejar de fumar debe ser, necesariamente, el primer consejo. A riesgo de aburrir de tanto repetirlo, hay que decir que el tabaco es el principal factor de riesgo para el cáncer, y lo es a cualquier edad. A los beneficios de dejar de fumar para la salud global de la persona de cualquier edad, hay que añadir que prevenimos los cánceres de pulmón, vejiga urinaria, cavidad oral, laringe, páncreas y riñón, entre los más importantes. De hecho, uno de cada tres cánceres en el caso de los hombres está asociado al riesgo de fumar. Sin embargo, hay que decir que el proceso de carcinogénesis es de años y, por tanto, cuanto antes se abandone el hábito en la vida de una persona, mejor se prevendrá el riesgo de cáncer y más se mejorará la salud. En resumen, dejemos de fumar, ¡y lo antes posible!


 Una segunda recomendación es mantener el peso adecuado, evitar el sobrepeso y la obesidad. Esto se consigue, en pocas palabras, comiendo de manera variada (frutas, verduras, legumbres, pescado, pan y cereales, pollo, y carne roja de vez en cuando) y en pocas cantidades: mejor repartido en cinco comidas. Evitemos comer carne roja demasiado a menudo: una vez a la semana es suficiente, y reduciremos el riesgo de cáncer colorectal, y lo mismo podemos decir de las comidas cocinadas a la brasa. Comamos cada día fruta y verduras, y el resto de manera repartida a lo largo de la semana en pequeñas cantidades. Es muy importante mantener el peso recomendado que, para tener una idea aproximada, es igual o inferior a la altura en centímetros menos 100.


 La tercera recomendación es hacer ejercicio físico moderado cada día, como mínimo entre 30 minutos y 1 hora. Y qué quiere decir ejercicio físico moderado, pues caminar al ritmo más adecuado a nuestra condición física cada día es un buen ejemplo, o subir escaleras al ritmo que sea posible para cada uno, combinado con algún rato de otros ejercicios cotidianos de movimiento de brazos o piernas. En resumen, hacer ejercicio no es correr o jugar al tenis, sino aprovechar cualquier momento de nuestra vida para movernos. El ejercicio físico ayuda a prevenir tumores como los de colon o próstata y, junto con la dieta, todos los tumores asociados con el sobrepeso o la obesidad, como en el caso del cáncer de mama, asociado a la obesidad postmenopáusica. En resumen, hacer ejercicio físico moderado es una de las actividades más saludables, siempre adaptándolo a nuestra situación física personal y a las limitaciones de movimiento que podamos sufrir por patologías óseas.


 Otra recomendación es evitar el consumo de alcohol en cantidades elevadas. Aquí el problema es definir cuál es esa cantidad, y la manera más sencilla de expresarlo es en forma de copas de vino o de cerveza: no se debe beber más de una copa de vino o una cerveza diariamente. ¡Debemos estar atentos a las cantidades! Los cánceres asociados al consumo excesivo de alcohol son el de hígado y, también, otros como el cáncer de mama.


 Finalmente, no olvidemos evitar la exposición excesiva al sol y las quemaduras solares. Con este conjunto de consejos, tenemos los puntos clave para prevenir el cáncer y otras enfermedades crónicas en un envejecimiento saludable.


 Nos queda por responder otra pregunta: ¿podemos hacer algo para detectar precozmente el cáncer?


 La detección precoz del cáncer de mama requiere se hace con mamografía, cada 2 años, y la del cáncer de colon y recto mediante la detección de sangre oculta en las heces, también cada 2 años. Se debe proceder así hasta los 70 años, de acuerdo con las recomendaciones del Departamento de Salud y de los diferentes organismos europeos. Sin embargo, puede prolongarse hasta los 75 años sin problemas. A partir de esta edad, se recomienda vigilar los síntomas de cáncer que mencionamos a continuación y consultar al médico en caso de duda.


¿Cuáles son los síntomas iniciales de riesgo de padecer un cáncer? Podemos mencionar los más frecuentes:


- Cambio en la frecuencia de la tos mantenido durante tres semanas, o la aparición de sangre en el esputo.


- Verruga o lunar que crece de tamaño, duele o sangra.


- Cambio mantenido en el tiempo del ritmo de deposiciones o presencia de sangre en las heces.


- Bulto en el pecho o sangre en el pezón, o dolor al tocar alguna parte del pecho.


- Pérdidas de sangre vaginales.


- Pérdidas de peso inexplicadas.


 Finalmente, sólo nos queda comentar la detección precoz del cáncer de próstata. Hay una prueba de laboratorio, la detección del antígeno prostático específico, que puede ser útil para detectar precozmente el cáncer de próstata cuando existe algún síntoma sospechoso, como cambios en la frecuencia de las ganas de orinar, tener que levantarse por la noche con frecuencia u otras molestias. Actualmente, dada la facilidad de realizar este análisis, muchas personas mayores se lo hacen, y conviene recordar el resultado, porque los cambios son un factor relevante para que el médico solicite más exploraciones.


 En conclusión, cualquier edad es buena para prevenir el cáncer, tanto para seguir haciéndolo como para empezar, ya que el cáncer es una enfermedad tan frecuente en una edad joven como durante el envejecimiento. Prevenir el cáncer comporta adoptar las mismas medidas que también sirven para detectar otras enfermedades crónicas, aunque no es una garantía de que se pueda evitar, porque hay cánceres de muchos tipos y no todos sabemos cómo prevenirlos. Sí podemos, sin embargo, reducir el riesgo y, en algunos casos de tumores muy frecuentes, como en el caso del cáncer de mama o de colon, detectarlos precozmente antes de que aparezcan síntomas. Y para terminar, en caso de síntomas no lo dude: consulte a su médico.